jueves, 7 de mayo de 2009

Encrucijada de estilos


Seguramente muchos recordarán el film "Encrucijada" o "Crossroads", como fue su título original. Data del año 1986 y tenía como protagonista a Ralph Macchio (el mismo de Karate Kid) como un joven guitarrista de blues que quiere descubrir el tema número 30 grabado por su ídolo, el legendario blusero Robert Johnson, quien dejó grabadas 29 canciones, y de quien se decía que había hecho un pacto con el diablo a cambio de su talento.

Resulta que para encontrar la melodía de Johnson el joven guitarrista acude a Willie Brown, armoniquista que Johnson nombra en la letra de "Cross Road Blues", para que lo ayude. Finalmente tal melodía no existe, pero el joven guitarrista recorrerá el camino del bues junto a Willie Brown hasta que se topan con el mismísimo diablo.

Brown debía pagar una deuda con el diablo (en este caso representado por un hombre de color) por lo que Brown y el joven guitarrista son desafiados a batir a duelo al discípulo del diablo, interpretado por el entonces naciente guitarrista Steve Vai (hoy un consagrado violero que influencia a miles).

Es aquí cuando llega el momento del film con el cual difiero completamente y, de ser posible, lo cambiaría. Resulta que el duelo entre el joven guitarrista y el discípulo del diablo culmina en una batalla donde cada uno interpreta piezas clásicas intentando superar la velocidad del otro. Si, ya sé, esto es lo que pasa en la realidad, los guitarristas que tocan rápido creen que por tocar 20 mil notas por segundo son dioses del universo.

Bueno, quiero manifestar que un blusero de ley que llegue al alma tocando tan solo unas pocas notas con una guitarra simple con sonido limpio, deja al guitarrista virtuoso completamente fuera de mi interés, convirtiéndolo en tan solo un tipo que estudió mucho, que tocó toda su vida y que solamente quiere demostrar que toca más que los demás, lo cual me parece muy mediocre.

Finalmente el joven guitarrista le gana el duelo tocando las piezas clásicas que aprendió en el conservatorio cuando, al tratarse de una película con temática blusera, hubiese estado bien dejar mal parado a un aburrido guitarrista virtuoso tocando tan solo tres o cuatro notas con una vieja guitarra que huela al espíritu del Mississippi. Tal vez alguien algún día haga una remake de "Encrucijada" con un final bien blusero. Ojalá así sea.

Fernando Piscitelli

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