miércoles, 25 de noviembre de 2009

Los mismos viejos blues


Quién: Don Vilanova / JAF
Cuándo: Viernes 20 de noviembre de 2009
Dónde: Teatro Premier
Por qué: Por el placer enorme de tocar clásicos de blues
Cómo: Muy bueno

El día viernes el escenario del Teatro Premier se inundó de clásicos de blues y rock and roll. Para dejar bien en claro que el blues derriba cualquier barrera generacional que se ponga en su camino, músicos de distintas generaciones se juntaron para tocar juntos este apasionante género; Miguel Vilanova, JAF y Ciro Fogliatta (Los Gatos) fueron los principales “anfitriones”, acompañados por el bajo de Rafael Pravetoni, la batería de Luciano Scalera y la armónica de Franco Capriati y como invitados Virginia (la hija de JAF) en voces y Pablo Santos y Beto Topini (La Torre) en bajo y batería respectivamente.

Para comenzar eligieron la demoledora “Good Golly Miss Molly”, de Little Richard, que fue el puntapié inicial de una demoledora seguidilla de clásicos extranjeros y argentinos, de blues y rock y acústicos y eléctricos, todos ellos con un denominador común; la pasión y la entrega total por la música, sin aires de estrella, ni con fines monetarios y con un sentimiento completamente genuino. Siguieron calentando el ambiente clásicos como “Walking by myself” de Jimmy Rogers, “Imagine”, de John Lennon, reversionada en castellano por Vilanova y “Ain't Nobody's Business", un bellísimo blues lento.

Intercalando con los clásicos extranjeros de blues, sonó con la distorsión al mango “Poco a poco”, del último disco de Vilanova y algunas viejas piezas como “Hombre de blues”, de la primera época solista de JAF y “Desconfío”, del gran Pappo, en una versión devenida en un country-blues donde Vilanova se acompañó tan solo de su guitarra acústica. En este segmento “solista” que fue promediando el show, Ciro Fogliatta también hizo lo suyo con una versión en piano y voz de “Big boss man”, de Jimmy Reed y JAF se despachó con una electrizante versión de “Pistas candentes”, mostrando que todavía corre muchísima sangre rockera por sus venas.

No pueden faltar los clásicos “Hoochie hoochie man”, “Sweet home Chicago” y “Johnny be good” en un gran show de blues – y este sin dudas lo fue- por lo tanto Vilanova, JAF y la banda se despacharon con avasalladoras versiones de estas biblias del rock and blues. Un gran nexo en común que tienen Vilanova y JAF es Norberto “Pappo” Napolitano, ya que ambos iniciaron sus carreras con él (con Pappo´s Blues y Riff respectivamente) por lo que homenajear al Carpo a todo trapo parecía inevitable; “Tren de las 16”, devenida en una extensa y brillante zapada final, fue la frutilla del postre de una noche mágica, de esas que te hacen ir a tu casa tarareando y moviendo la patita sin parar. Que se repita.

Texto: Fernando Piscitelli
Foto: Germán Alfaro

miércoles, 21 de octubre de 2009

Unos Chevy con nafta para rato



Quién: Chevy Rockets
Dónde: ND/Ateneo
Cuándo: Jueves 15 de octubre
Por qué: Festejo de 14 años de trayectoria y grabación de DVD en vivo.
Cómo: Excelente

Fue una noche que lo tuvo todo; viejos clásicos, temas nuevos, covers de grandes artistas, invitados y por sobre todas las cosas el calor de una banda que deja el alma en el escenario cada vez que se presenta en vivo. Esta vez no solamente no fue la excepción, sino que los Chevy tocaron como nunca y como si fuera poco el show fue filmado y será editado próximamente en DVD.

A las 10 en punto las luces se apagaron y el ambiente ya se preparaba para la banda; la ansiedad reinaba y los cánticos se hacían escuchar cada vez más fuerte para recibir a los Chevy Rockets. “Para mí” fue la elegida para arrancar con todo una noche tan importante. Los músicos se vistieron especialmente para la ocasión con sobrias camisas y trajes negros. En el centro de la escena se ubicaron los “veteranos” de la banda; Eduardo “Vasco” Bariain en voz y guitarra rítmica, Gabriel Gómez en el bajo y Juan Pillado en batería, mientras que las teclas de Walter Galeazzi, la armónica de Leandro Rao y la viola de Jorge Blanco castigaban sus instrumentos desde los costados.

El show continuó con temas como “Después de todo” y “Mariel”, y empezaron a llegar los invitados, que sumaron a la banda una línea de tres vientos y una percusionista. También estuvo presente Diego Beiserman, de Pimienta Rusa, para acompañar en “Buena estrella”. El “Vasco” se retiró para que la banda ejecute la instrumental “Little people”, que con su mezcla de blues y jazz dio lugar a una buena zapada y con el “Vasco” nuevamente en escena la engancharon con “Boogie del taxi”, un viejo tema de la primera época.

Hubo un momento muy emotivo en el show cuando el “Vasco” presentò un tema de Jorge Blanco, guitarrista líder, dedicado para las víctimas de Cromañón. Con tan solo escuchar alguna frase como “…el canto de un ángel no calla jamás…” era inevitable sentir la piel de gallina. Este es uno de los tantos temas nuevos que los Chevy van a grabar en el verano para su nuevo disco. Entre ellos también están “El macho”, “Nada nuevo bajo el sol” y “El viejo cabernet”. Gran parte de estos temas los vienen ejecutando en vivo desde hace mucho tiempo, con lo cual se posible encontrar algunos fans que tímidamente corean las letras.

El brindis de la banda con su público se concretó con el infaltable ritual de la bota cuando el “Turco”, inseparable colaborador de los Chevy, convidó a los asistentes al show con una bota cargada con vino del mejor. Por ese entonces la gente comenzó a abandonar finalmente sus butacas para acercarse al escenario y desatar la fiesta de siempre con el pogo y el baile. Una pareja hasta se animó a bailar rock and roll arriba del escenario para toda la audiencia.

El turno de los homenajes en este show tuvo como protagonistas las versiones de “Ritmo y blues con armónica” de Vox Dei y “No pibe”, de Manal, que luego de tocarlas desde hace tanto tiempo pasaron a ser prácticamente como temas propios. Pero la gran perla de la noche fue una inigualable ejecución de “With a little help from my friends”, en versión de Joe Cocker. Digo inigualable porque realmente el “Vasco” es el único cantante en nuestro país que puede interpretar con tanta presencia y solidez la increíble voz del señor Cocker. Fue un momento único con los caños sonando con todo, una corista invitada y por supuesto la rugiente voz del “Vasco”.

Llegando al final, un invitado de lujo aportó su guitarra en “Parecerá que me fui”. Era nada más ni nada menos que Mario “Tano” Pugliese, un histórico ex miembro de la banda. La gente estaba agradecida, claro, y más aún cuando luego sonaron con todo “La gira”, “Vieja estación” y “El ritual”. Después de dos intensas horas de buena música, tanto la banda como su público se retiraron felices luego de haber compartido esta importantísima e inolvidable fecha en el Ateneo. Se esperaba con ansias esta noche tan especial y los Chevy se encargaron de no defraudar a nadie.

Fernando Piscitelli

Fotos: Germán Alfaro

viernes, 9 de octubre de 2009

Un hielo negro bien caliente


Intérprete: AC/DC
Disco: Black Ice
Fecha de edición: 20 de octubre de 2008
Sello: Columbia Records
Músicos: Brian Johnson (voz), Angus Young (guitarra líder), Malcolm Young (guitarra rítmica), Cliff Williams (bajo), Phil Rudd (batería)


Se acerca el ansiado momento de ver en vivo a AC/DC. Algunos ya tenemos las entradas desde el mismísimo instante que se pusieron a la venta para que nos pateen el trasero con su show en vivo luego de 13 años de visitar estas tierras. Con Black Ice, AC/DC volvió a los estudios de grabación para demostrar una vez más por qué es la banda de hard rock más grande del planeta. Aquí hay una breve reseña de lo que se encuentra en este explosivo àlbum.

Como es costumbre en los discos de AC/DC, el primer tema es el corte de difusión, tal como fue el caso de su anterior disco de estudio "Stiff Upper Lip" (2000). También había ocurrido con el exitoso "Ballbreaker" (1995), gira con la cual vinieron a la Argentina en octubre de 1996. La fórmula también la habían aplicado en "Back in Black" (1980), donde debutaba como cantante Brian Johnson, que tenía la difícil tarea de reemplazar al recientemente fallecido Bon Scott. El disco no sólo vendió millones, sino que AC/DC se catapultó de lleno para entrar en la historia del rock.

Volviendo a "Black Ice", el disco abre con "Rock ´n´ Roll Train", y lo cierto es que el nombre de la canción está puesto a la perfección, ya que AC/DC parece un tren que nos lleva a toda velocidad por la ruta del rock and roll. Una sólida base con Phil Rudd en batería, Cliff Williams al bajo y Malcolm Young (el mayor de los hermanos) en guitarra rítmica son los irremplazables vagones que sirven de soporte para que la locomotora se abra paso y derribe todo lo que tiene a su paso. Esa locomotora imparable está compuesta nada más ni nada menos que por el ya mencionado Brian Johnson, que pasados sus sesenta todavía hace sangrar tímpanos con su rechinante aullido, y por el eterno colegial Angus Young, pateando cabezas, con sus clásicas Gibson SG.

"Big Jack", "Wheels", "Rockin´ All the Way", una tras otras las canciones pasan y nos cargan de energía rockanrolera. Hay que decir que en esta oportunidad AC/DC no metió ningún blues. Solamente "Rock and Roll Dream" presenta una intro más tranquila, y algunos en medio tiempo como "Skies on Fire", "Decibel" o "Stormy May Day", pero la distorsión y la polenta del disco no decaen nunca. Nada mal para tipos con más de medio siglo de vida que dan una verdadera clase del género.

La propuesta de este disco y de AC/DC sigue siendo la misma después de 35 años de carrera: tocar rock and roll, pasarla bien. Pasó el tiempo y se fueron volviendo los fundadores del hard rock, del estilo AC/DC, del rock and roll duro que abrió el camino a infinidad de bandas en los 80. Nunca tuvieron que amoldarse a los tiempos, y es que con los clásicos pasa eso: no envejecen nunca. Brindemos y subamos el volumen, señores, que AC/DC ha vuelto.


Canciones: 1 – Rock ´n´ Roll train 2 -Skies on fire 3 – Big Jack 4 – Anything goes 5 – War machine 6 – Smash ‘n’ Grab 7 – Spoilin’ for a fight 8 – Wheels 9 – Decibel 10 – Stormy may day 11 – She likes rock ‘n’ roll” 12 – Money made 13 – Rock ‘n’ roll dream 14 – Rocking all the way 15 – Black ice


Fernando Piscitelli

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Reversiones de aquellos viejos blues


Quién: La Mississippi
Dónde: The Roxy Live Bar
Cuándo: Sábado 26-09
Por qué: Presentación de Versiones 20 años
Cómo: Muy bueno

El sábado La Mississippi cerró un ciclo que realizó durante tres sábados seguidos de septiembre en The Roxy Live Bar, donde se encargaron de festejar sus 20 años de vida y a su vez presentar el disco que grabaron con motivo del aniversario, Versiones 20 años, grabado en vivo junto con invitados, los cuales muchos de ellos participaron el sábado del show, como el percusionista Jimmy Santos, el armoniquista Luis Robinson y el guitarrista Daniel Raffo.

El nuevo disco de la banda presenta nuevas versiones en vivo de viejos temas, en su gran mayoría de su primera época, cuando todavía se hacían llamar La Mississippi Blues Band, pero con el objetivo de mostrar su apertura musical pasaron a llamarse a secas La Mississippi. La ampliación en el espectro musical hizo que incorporaran a su repertorio ritmos caribeños, rock, canciones y hasta se le animaron al reggae con la bellísima nueva versión de San Cayetano.

Si hablamos de un armoniquista invitado que encastre a la perfección con la banda no hay otro que Luis Robinson. Resulta que Robinson fue uno de los miembros fundadores de esta banda de Florencio Varela allá por fines de los años 80 y nadie mejor que él para interpretar viejas joyas como Buenos Aires Blues, The creeper return o Ruta 2, en su nueva versión funky, donde Tapia se lanzó a improvisar unos versos de Get Up, de James Brown. Resulta que, a pesar de haber nacido y crecido junto al blues, esto de la improvisación no es moneda corriente en La Mississippi, pero en este show hubo algunos momentos dedicados a la jam, como en Tres palabras, donde Gustavo Ginoi se lució tanto con el sonido limpio como con el distorsionado de su Strato.

Para Tus amigos, completamente cambiada de la original, que era un blues lento y ahora la hicieron mutar en un funk percusivo, la banda invitó a escena al percusionista Jimmy Santos para ponerle un toque afro-candombero a la velada. Santos había integrado junto al mismísimo baterista de La Mississippi, Juan Carlos “El Negro” Tordó, la legendaria agrupación Raíces, banda por donde también pasó un joven Andrés Calamaro. Para seguir con otro tema acorde a la situación, la banda se despachó con Obrero del amor, un tema con toques caribeños del disco Cara y Ceca, que no suele formar parte de los set list habituales de La Mississippi, pero por suerte la rescataron para este disco y para sus respectivas presentaciones en vivo.

Daniel Raffo, uno de los grandes guitarristas de blues que tiene nuestro país, fue invitado para ejecutar un solo en Vamo y aamo. Luego de interpretar sin invitados la versión rockera de Por fin te fuiste, Mabel, el homenaje a Pappo con Sube a mi Voiture, Dame aame, de su último disco de estudio Amor y Paz, sumaron al escenario a todos los músicos que se acercaron a celebrar estos 20 años de La Mississippi; Daniel Raffo, Manuel Quieto (La Mancha de Rolando), Nico Raffeta (gran tecladista del blues argento), Luis Robinson y Gustavo Rowek, baterista de Nativo, que se encargó de pegarle con furia a la batería en Un trago para ver mejor. Con todos en escena, Café Madrid marcó la primera despedida de la banda.

Para los bises nada mejor que volver con el furioso rock and roll de El municipal. Parecía que el show había terminado, pero todavía quedaba una perlita para disfrutar. Ratificando la premisa de que el blues argentino es tan propio como el tango, Ricardo Tapia, acompañado solamente por un bandoneonista, interpretó la versión de El detalle en ritmo de 2 x 4 para darle un final sutil a una gran velada. Por 20 años más, salud. .

Fernando Piscitelli

lunes, 17 de agosto de 2009

Los Chevy siguen andando

Banda: Chevy Rockets
Lugar: Asbury
Fecha: Jueves 13 de agosto

Los Chevy Rockets siguen calentando motores para lo que será su gran fecha del 15 de octubre en la sala ND/Ateneo, lugar importante si los hay para la música argentina. ¿Cómo se prepara la banda? Haciendo lo que mejor saben hacer; tocar, tocar y tocar. Ya habíamos asistido a una gran velada en el Dub Club hace apenas unas semanas y ahora nos tocó acercarnos el jueves pasado al Asbury, un reducto heavy ubicado en pleno barrio de Flores que este jueves se llenó de blues y de buen rock and roll.

Como suelen hacer, Los Chevy invitaron bandas amigas para ir preparando el ambiente. La Pirucho´s y Shive se encargaron de entretener al público para que cerca de las 12 de la noche salga al escenario la banda principal. Los Chevy arrancaron de la manera que, dicho por ellos mismos, más les gusta relajarse y entrar en clima; a puro blues. “Más que piel y huesos”, en su versión blusera del disco acústico en vivo, fue la encargada del arranque de un show que tuvo temas clásicos, covers y varios temas nuevos que vienen tocando hace un tiempo y que de a poco se van metiendo en los corazones de sus seguidores antes de ser editados “oficialmente”.

Lo bueno de seguir una banda como los Chevy es que aunque toquen un día de semana y a la medianoche, como fue en este caso, el público asiste con el mismo fervor y las mismas ganas de siempre. Tal es así que “A nadie más”, “Para mí” y “La gira”, despiertan un amistoso pero frenético e imparable pogo. Junto a estos grandes clásicos de la banda convivieron temas nuevos que todavía no salieron a la luz pero que hace tiempo que los vienen presentando. “El macho”, “Ruby”, “Nada nuevo bajo el sol” y una muy emotiva dedicada a los chicos de la calle, lo que confirma una vez más la heterogeneidad de la banda a la hora de componer, sin encasillarse ni en lo musical ni en sus letras.

Luego de más de una hora y media a pura música Los Chevy se despidieron no sin ganas de seguir con más, pero la gente del lugar y la hora lo impedían. Para terminar este gran show eligieron “Descortés”, del último disco de Pappo, músico a quien homenajean continuamente como también lo habían hecho hacía un rato con Vox Dei y su tema “Ritmo y blues con armónica”. Puedo afirmar que así como Los Chevy rinden tributo a sus grandes ídolos, algún día, tal vez dentro de unos años, Los Chevy también van a tener su tributo y su merecido lugar en el rock argentino.

Fernando Piscitelli

viernes, 7 de agosto de 2009

Cuando ya termine de estar solo...


Y sí. Pasó. Momento emotivo el de hace minutos nomás donde cada uno de nosotros, desde nuestro hogares o desde el trabajo o desde donde fuera, pudo sentir que el gran ídolo del rock argentino está volviendo. Sonó en varias radios locales e internacionales el nuevo tema de Charly García, "Deberías saber por qué", que no escapa de su chapa de hit como se había adelantado en algún medio, pero tampoco escapa de lo que se esperaba con ansias; la voy de Charly clara, pura, sin demasiadas sobregrabaciones más que las necesarias y un aire renovador que sirve de antesala para el gran regreso del 23 de octubre en Vélez.


Charly ya nos había dado un aviso. En marzo ofreció un improvisado concierto de siete temas frente a la basílica de Luján, donde se mostró ante su público con un mensaje que podríamos decodificar como "espérenme, esto es sólo el comienzo de mi recuperación, pero se viene algo grande". Y así fue, o así será, ya que este tema es sólo una parte del gran regreso que, como mencionábamos anteriormente, será en octubre en Vélez justo el día de su cumpleaños número 58.


Será una noche inolvidable seguramente para él, para el nuevo entorno que lo acompaña, lo cuida y lo quiere y para sus miles de fans. La personalidad de García siempre lo llevó a distintas mutaciones durante su extensa carrera (que en no muchos años cumplirá 40) y este es un nuevo Charly que esta vez quiere estar limpio de sustancias, tocar, escuchar y disfrutar su música y que también la disfruten los demás, lejos de aquel rockstar que rompía todo lo que se encontraba a su camino. Ojo que nos gustaba el rockstar pero mucho (muchísimo) más nos gusta verlo bien. ¡Welcome back, García!

lunes, 20 de julio de 2009

Un viaje en Chevy

Banda: Chevy Rockets
Lugar: Dub Club, Floresta, Capital Federal.
Fecha: Sábado 18/07

El sábado los Chevy Rockets jugaron de locales en el Dub Club, en su oriundo barrio de Floresta. Como siempre ocurre en sus shows, se desató una fiesta donde banda y público disfrutaron por igual. Mientras continúan presentando su reciente disco doble en vivo y luego de un cambio en su formación, la banda se prepara para entrar a jugar en primera y tocar en octubre en el Teatro ND/Ateneo.

Afuera hacía frío y lloviznaba, pero dentro del Dub Club la cosa era distinta, porque ya desde temprano se venía calentando la noche con las presentaciones de La Bodega Blues y Don Burro. La banda principal, los Chevy Rockets, aparecieron en escena a la una de la mañana con “Sólo necesito un poco de suerte” y no dieron respiro durante dos horas de un vibrante show donde sonaron temas de sus tres discos de estudio, otros nuevos todavía inéditos y algunos covers.

Para los que no los conocen, los Chevy Rockets son una explosiva combinación de blues, rock and roll, country-rock y funk. Para aquellos que les gusten los viajes por la ruta, los Chevy son una perfecta banda de sonido de acompañamiento. Vamos a recordar que se formaron allá por 1995 (así es, 14 años de trayectoria sobre sus espaldas) con el armoniquista Luis Robinson como líder, que luego se fue pero la banda siguió tocando. Grabaron dos discos más en estudio y un doble electro-acústico en vivo.

A poco de comenzar el show “El Vasco”, la voz líder, anunció que el armoniquista, “El Chino” Masunaka, ya no forma parte de la banda y que se abocará a su proyecto solista luego de acompañarlos durante tantos años. Hubo varios cambios desde aquella primera formación original, pero los actuales integrantes hace varios años que vienen tocando juntos y eso se nota en la fluidez de sus presentaciones en vivo.

Un show de los Chevy es una verdadera reunión de amigos donde todos se dejan llevar por el éxtasis que despierta el show. Digo todos y hago énfasis en esto porque tal vez no abunden las bandas donde realmente se note la pasión que ponen en escena los músicos como ocurre con los Chevy. También cabe destacar el agradecimiento constante hacia sus fieles seguidores, con un trato amistoso hacia su gente y con la humildad y la sencillez que los caracterizó siempre.

Sin dudas podría afirmar que “El Vasco” es dueño de una de las gargantas más privilegiadas del rock argentino. Aguardentosa, incansable y afinada, su voz hace erizar la piel y se lució desde el comienzo hasta el fin, pero fue con el blues lento “Vas a pedir” donde más se destacó y se ganó el aplauso de todos.

Mientras sonaba “Para mi” tuvo lugar un ritual que no falta en ninguna de sus presentaciones; un colaborador de la banda recorrió el lugar con una bota cargada de vino para convidar a los asistentes. Con el correr del show la euforia fue aumentando y al baile se sumó un hirviente pogo, sobre todo con “Una vez más”, “La gira” y “Vieja estación”.

Luego de de dos horas de música con un sonido realmente impecable, el final llegó con “Parecerá que me fui”, con el “Vasco” visiblemente emocionado y agradecido por el apoyo de sus seguidores. El saludo final invitó a todos a concurrir en octubre al Teatro ND/Ateneo, donde los Chevy van a recibir su bautismo en las grandes ligas en esta importantísima sala. El motor de los Chevy sigue rugiendo y, al parecer, tiene nafta para rato.

Fernando Piscitelli

Fotos: Pablo Lamberto

viernes, 26 de junio de 2009

El pop está de luto: Murió el rey

Como todos los amantes de la música sabrán, el rey del pop, el inigualable Michael Jackson, falleció tras un paro cardíaco hoy jueves 25 por la tarde. Tenía apenas 50 años y estaba preparando su gran retorno a los escenarios; iba a ser el 13 de julio próximo en Londres, pero su corazón se detuvo esta tarde y con su muerte nace una nueva leyenda.

Michael Jackson era como una especie de compo con varios ingredientes en un solo envase; cantante, compositor, bailarín, actor. Todas esas facetas tenía con respecto a su arte y otro tanto tenía su particular personalidad; innovador, trasgresor, polémico, excéntrico. Entre la gran cantidad de récords que logró durante su carrera se encuentra la grabación del álbum que se ubica en el puesto nùmero 1 del podio de los más vendidos de la historia rock: "Thriller", de 1982.


En la década del 90 vino a la Argentina para presentar su álbum "Dangerous", de 1991, en el estadio de River Plate. Se desató una fiebre mundial por este artista que comenzó su carrera a los cinco años cantando junto a sus hermanos, con el grupo "The Jackson Five". El ùltimo álbum de su carrera lo editó hace ocho años y fue titulado oportunamente "Invincible". Digo oportunamente porque Jackson en lo suyo fue realmente invencible. Como dice una conocida frase: "podrán imitarlo, pero igualarlo jamás".
Fernando Piscitelli

martes, 16 de junio de 2009


¡Blues, maestro!

Nada mejor que asegurar una buena noche de blues con el embajador argentino del género en el mundo. Sí, señores, se trata de Don Vilanova (ex - Botafogo), quien el viernes brindó un excelente cóctel de temas de su último disco y viejos clásicos del blues elegidos improvisadamente sobre el escenario. Es que en esto de improvisar Vilanova es un experto y lo demostró el viernes en pleno Palermo Hollywood ante un Velma Café repleto.

Todo comenzó como en los viejos tiempos, cuando la mayoría de los shows comenzaban bien entrada la madrugada, ese horario que a los melómanos nos gusta tanto, alrededor de la una y media de la mañana. Una zapada que empezó con un solo del tecladista Hernán Zamora y luego se fue sumando toda la banda; Rafael Pravetoni en bajo, Luciano Scalera en batería, Federico Pernigotti en guitarra rítmica, Franco Capriati en armónica y por supuesto en guitarra rítmica y voces el comandante de esta banda; Don Vilanova, quien ingresó a escena una vez que la banda sonó a pleno.

Vilanova repasó en casi su totalidad su todavía reciente álbum, “Adiós Botafogo, bienvenido Don Vilanova” que resume, a través de las letras más personales de toda su carrera, su nueva etapa de cambios internos y externos por los cuales pasó el músico; desde el cambio de estética y de nombre, hasta las líricas más viscerales, que hablan desde el encuentro con Dios, la esperanza por un mundo mejor y también una humorada referida a su vegetarianismo.

Vilanova se mostró de muy buen humor durante todo el show, se lo vio disfrutando de la velada tanto como al público, lo cual es un factor fundamental para que un show sea impecable; la comunión entre artista y público. En medio de tema y tema, Vilanova hizo cómicas menciones acerca de que sus canciones suenan todo el tiempo en la radio, cuando sabe que su música está destinada a cierto público y que en las radios “mainstream” no tiene espacio.

Además de su nuevo disco, Vilanova hizo un obligado repaso por viejos clásicos bluseros elegidos en el momento. Esto le dio una espontaneidad muy interesante al show, que por momentos pareció un ensayo con público, lo cual afirma más la conexión entre músico y admiradores. Entre los clásicos estuvieron “I want to be loved”, “Walking by myself” y “Piece of my heart”, donde estuvo de invitada Romina Vitale en voces en este hermoso tema que fue inmortalizado por Janis Joplin.

Tres y media de la mañana y el show llegó a su fin. Dos horas del mejor rock y blues, dos horas con el embajador argentino del blues en el mundo. Dos horas escuchando buena música acompañada de un buen trago en el Velma Café. Nada mal para terminar la semana. A decir verdad, una excelente forma de terminar la semana. ¡Salud y… ¡Blues, maestro!
Fernando Piscitelli

jueves, 21 de mayo de 2009

Una noche con la dama del blues


El Club Lounge es un lugar más que indicado para vivir una gran noche de blues. Mesas con velas y buenos tragos…y si a esto le sumamos la voz cálida y sensual de Cristina Dall, puede ser una noche perfecta. Resulta que ella, Cristina Dall, dama del blues, gran pianista y cantante, ex Blacanblus, se presentó el viernes pasado el Club Lounge para desplegar junto a su banda un repertorio que navegó entre temas de su disco solista, “Asunto mío”, y varios clásicos imbatibles del blues.

El show comenzó muy tranquilo, con Cristina Dall muy relajada en su piano, con su banda acompañando las suaves melodías, yendo y viniendo entre el blues, el jazz y versiones de temas de The Beatles, banda que impresionó a Cristina desde pequeña y le rinde homenaje con una particular versión de “Back in the USSR”, devenida en un funk con toques de swing.

Si tengo que encontrar una sola palabra para definir la voz de Cristina Dall, diría “nocturna”. Es que el blues y el jazz son géneros para escuchar de noche, con todo lo que eso implica (desde tranquilidad, relax e intimidad, hasta soledad y melancolía). Si a esa preciosa voz le sumamos que ella también toca el piano (¡Y cómo!), el combo es excelente.

Tocó gran parte de los temas que forman parte de su disco solista, titulado “Asunto mío”, nombre que engloba perfectamente con el estilo personal de Cristina Dall. También formaron parte del show dos clásicos de su ex banda Las Blacanblus, “No quiero tu dinero” (que volvió a grabar en su disco solista) y “Maldito piano”, con la banda sonando con todo a puro rythm & blues.

Como no podía ser de otra manera, también hubo lugar para grandes clásicos del blues; “I`m Ready”, con ella sola luciéndose en voz y piano, “Got my mojo working” y “Pride and joy”. En varios temas de la velada participó como invitado de lujo Tavo Kupinski, ex guitarrista de Los Piojos. Una excelente noche de blues a cargo de Cristina Dall, que con su piano y su voz viene rindiendo culto a este maravilloso género de una manera maravillosa.
Fernando Piscitelli

jueves, 7 de mayo de 2009

Encrucijada de estilos


Seguramente muchos recordarán el film "Encrucijada" o "Crossroads", como fue su título original. Data del año 1986 y tenía como protagonista a Ralph Macchio (el mismo de Karate Kid) como un joven guitarrista de blues que quiere descubrir el tema número 30 grabado por su ídolo, el legendario blusero Robert Johnson, quien dejó grabadas 29 canciones, y de quien se decía que había hecho un pacto con el diablo a cambio de su talento.

Resulta que para encontrar la melodía de Johnson el joven guitarrista acude a Willie Brown, armoniquista que Johnson nombra en la letra de "Cross Road Blues", para que lo ayude. Finalmente tal melodía no existe, pero el joven guitarrista recorrerá el camino del bues junto a Willie Brown hasta que se topan con el mismísimo diablo.

Brown debía pagar una deuda con el diablo (en este caso representado por un hombre de color) por lo que Brown y el joven guitarrista son desafiados a batir a duelo al discípulo del diablo, interpretado por el entonces naciente guitarrista Steve Vai (hoy un consagrado violero que influencia a miles).

Es aquí cuando llega el momento del film con el cual difiero completamente y, de ser posible, lo cambiaría. Resulta que el duelo entre el joven guitarrista y el discípulo del diablo culmina en una batalla donde cada uno interpreta piezas clásicas intentando superar la velocidad del otro. Si, ya sé, esto es lo que pasa en la realidad, los guitarristas que tocan rápido creen que por tocar 20 mil notas por segundo son dioses del universo.

Bueno, quiero manifestar que un blusero de ley que llegue al alma tocando tan solo unas pocas notas con una guitarra simple con sonido limpio, deja al guitarrista virtuoso completamente fuera de mi interés, convirtiéndolo en tan solo un tipo que estudió mucho, que tocó toda su vida y que solamente quiere demostrar que toca más que los demás, lo cual me parece muy mediocre.

Finalmente el joven guitarrista le gana el duelo tocando las piezas clásicas que aprendió en el conservatorio cuando, al tratarse de una película con temática blusera, hubiese estado bien dejar mal parado a un aburrido guitarrista virtuoso tocando tan solo tres o cuatro notas con una vieja guitarra que huela al espíritu del Mississippi. Tal vez alguien algún día haga una remake de "Encrucijada" con un final bien blusero. Ojalá así sea.

Fernando Piscitelli

miércoles, 6 de mayo de 2009

El tornado de Texas


Desde que escuché en el año 2000 al guitarrista texano Stevie Ray Vaughan se convirtió en una adicción que se materializó en tener toda su discografìa completa en el rincón más preciado de mi habitación (el de los cd´s, por supuesto), posters, remeras varias y sobre todo en la pasión que llevo dentro por el violero que más me conmovió desde que lo escuché realizando sus proezas guitarrísticas.

El primer disco que tuve fue "Texas Flood", que fue su primer disco oficial, en 1983. Automáticamente me convirtí en un devoto fan y logró desplazar del podio a los guitarristas que yo conocía hasta el momento para instalarse de manera inamovible en el primer puesto de mi ranking. El rock and roll que abre el disco, "Love struck baby", hace movilizar el pie para no dejar de marcar el ritmo hasta el final, para que luego una catarata de rock & blues invada nuestros sentidos.

El blues que titula el disco, "Texas flood", fue catalogado por la leyenda John Lee Hooker, nada más ni nada menos, que como la mejor grabación de blues que jamás haya oído. Al escuchar este disco tocado en formato de trío y grabado en solamente dos días, uno tiene la sensación de hasta escuchar el zumbido del amplificador y de sentir el calor de la sala de ensayo, el humo del cigarrillo y toda esa atmósfera intimista que genera sobre todo "Lenny", esa pieza instrumental tan dulce y bella que Stevie le compuso a su mujer de entonces.

Vaughan homenajeó durante toda su carrera a sus ídolos del blues y en este disco le toca, con la versión de "Mary had a little lamb", a Buddy Guy, hombre con quien compartió escenario decenas de veces. En este álbum se encuentra uno de los mayores clásicos de Stevie, "Pride & Joy", un shuffle que pasó rápidamente a ser un número fijo en sus actuaciones en vivo.

Durante toda su carrera Stevie fue secundado por Double Trouble: Tommy Shannon en el bajo y Chris Layton en la batería. Luego se agregaría Reese Wynans en teclados en 1985, pero para "Texas Flood" Stevie Ray Vaughan fue secundado solamente por un bajo y una batería para desplegar incendiarios shows en vivo de blues eléctrico. Es prueba de esto la actuación que realizaron en El Mocambo en 1983, un club nocturno canadiense que se salvó raspando de no prenderse fuego por la pasión arrolladora desplegada por Stevie desde su guitarra. Era 1983 y estaba emergiendo un nuevo tornado en el blues. Un texano de sombrero y botas tejanas que irrumpió en escena para no irse jamás. Era Stevie Ray Vaughan. Era el tornado de Texas.

Fernando Piscitelli

El blues de la magia negra


Jimi Hendrix fue el primer guitarrista negro que tocó para un público blanco. Resulta que el eléctrico, distorsionado y feroz blues blanco que escuchamos en los años 70 con Johnny Winter, en los 80 con Stevie Ray Vaughan o en los 90 con Gary Moore fue creado, paradójicamente, por un negro. Hendrix le agregó fiereza al blues y lo tocó de manera salvaje con distorsión y con una agresividad nunca antes vista en un guitarrista. Hendrix fue quien cambió para siempre el sonido de la guitarra eléctrica hace más de 40 años. Desde entonces a la actualidad, difícilmente un guitarrista no haya sido influenciado por él. Sin una técnica depurada, ni ningún tipo de estudio académico de música, Hendrix fue autodidacta y tocaba con su instinto y logró ampliar como nunca la gama de sonidos posibles de hacer con una guitarra y dejó su legado para todas las generaciones siguientes.

Desde que tuvo su primera guitarra a los 12 años, el pequeño Jimi aprendió a tocar su instrumento a partir de la escucha de discos y de música en la radio. En la primera mitad de los años 60, fue guitarrista de diversas bandas como The Isley Brothers, Crutis Knight y del grupo del reconocido pianista de rock and roll Little Richard.

En 1965 formó su propia banda; Jimi James and The Blue Flames. Al año siguiente, en 1966, se radicó en Nueva York y comenzó a realizar shows en el Café Wha? Ese año Hendrix conoció a la entonces novia de Keith Richards, Linda Keith. Fue ella quien se ocupó de presentarle a Jimi al hombre que le cambiaría el rumbo de su carrera y lo llevaría al estrellato. Se trata de Chas Chandler, quien había sido el bajista de una reconocida banda de inglesa de blues, The Animals.

Chas Chandler lo convenció a Jimi de llevarlo a tocar y grabar a Inglaterra. Una vez que llegaron allí en septiembre de 1966, realizaron audiciones para armar la banda y reclutaron a Noel Redding en el bajo y a Mitch Mitchell en la batería. El grupo estableció como nombre The Jimi Hendrix Experience y el primer single que grabaron fue “Hey Joe”, escrito por Billy Roberts. Si bien el tema tenía una versión anterior grabada por una banda llamada The Leaves, la versión de Hendrix fue la más popular.

En abril de 1967, con Chas Chandler como productor, la banda termina de grabar el disco. Se tituló “Are you experienced?” y en medio de mucho rock, blues y psicodelia, emergía un guitarrista con una feroz forma de tocar la guitarra como nunca antes se había escuchado. El disco contiene varios de los clásicos que luego formaron parte de cada uno de los shows de Hendrix, como “Purple Haze”, “Fire” y “Foxy lady”, que es el primer tema del disco. Abre con un acople, uno de los tantos recursos que usaba Hendrix a la hora de tocar.

El disco tuvo muy buena repercusión. En Inglaterra, Hendrix ya se había consagrado, pero le faltaba volver a Estados Unidos, su país natal, y lograr lo mismo allí.

En Estados Unidos entró por la puerta grande con una inolvidable actuación en el mítico Monterey Internacional Pop Festival. En el evento participaron artistas de la talla de Grateful Dead, Janis Joplin y The Who. La actuación de Hendrix se impuso ante todas las demás. Fueron nueve temas donde Jimi demostró por qué iba a ser el dios de la guitarra. Dejó su alma en el escenario, realizó arrasadoras versiones de “Killing Floor”, “Purple haze” y “Like a Rolling stone”, de Bob Dylan, en una estremecedora versión. Un párrafo aparte hay que dedicarle al final del show, donde tocó “Wild thing”, con una incendiaria versión, valga la redundancia, ya que Jimi roció su guitarra con combustible y la prendió fuego en el escenario. A partir de esa noche del 18 de junio de 1967 en la ciudad de Monterey, en California, nada volvería a ser como antes en la historia del rock; Hendrix se ocupó de cambiarla para siempre.

A fines de 1967, The Jimi Hendrix Experience edita su segundo disco; “Axis; bold as love”, con Chas Chandler nuevamente en la producción. Entre los temas del disco hay canciones cortas pero muy sólidas como “Spanish caste magic”, “You got me floating” y “Ain´t no telling”. En el disco también se encuentra la hermosa balada “Little wing”. Fue grabada posteriormente por infinidad de artistas, y entre ellas se encuentra la versión traducida al español de Pappo. “She´s so fine” también forma parte de la placa; fue compuesto por el bajista Noel Redding, quien también la cantó y se convertiría en el primer tema del grupo donde el vocalista no era Hendrix.

El siguiente álbum comenzó a grabarse en Londres en 1968, pero algunas diferencias personales y artísticas alejan a Chas Chandler de la producción del disco, quedando a cargo el propio Hendrix. Fue concluido en Nueva York y su título fue “Electric Ladyland”. Debido a su extensa duración de 75 minutos fue editado como un doble LP, aunque muchos años más tarde se juntaron todos los temas en un solo CD.

Jimi se comportaba de manera cada vez más obsesiva con sus composiciones y grababa hasta 40 veces el mismo tema hasta no quedar del todo conforme. Por otra parte, su creatividad volaba cada vez más y su experimentación no encontraba límites. El uso de algunos recursos y efectos como el famoso pedal Wah-Wah, el eco, las grabaciones reproducidas al revés y la palanca de su guitarra se hacían cada vez más presentes y algunos temas derivaban en prolongadas improvisaciones que creaban climas fascinantes. Es el caso de “1983, a merman I should turn to be”.

En este álbum hay nuevamente un tema compuesto y cantado por el bajista Noel Redding, con quien Hendrix comenzó a tener una tensa relación durante las grabaciones del disco. El resto son todas composiciones de Hendrix, excepto “Come on, let the good times roll”, de Earl King y la fabulosa versión de “All along the watchwater”, de su ídolo Bob Dylan.

También forman parte de esta placa la poderosa “Crosstown traffic” y “Voodo Chile”, con uno de los riffs más famosos de la historia del rock.
En “Burning of the midnight lamp”, suena una introducción de clavicordio que la grabó el mismo Hendrix.

“Electric Ladyland” fue el único álbum de Jimi en llegar al puesto número uno. Es un disco sin desperdicio alguno que lo muestra a Jimi en su pico máximo de creatividad.

The Jimi Hendrix Experience realizó su última actuación en Inglaterra en febrero de 1969. A mitad de año, la banda ya estaba oficialmente disuelta luego del alejamiento de Noel Redding.

Otro de los picos más altos en la carrera de Jimi Hendrix sería su show en el famoso festival de Woodstock en agosto de 1969. Allí se presentó con una propuesta de banda nueva. No salió a escena solamente con un trío, sino que agregó dos percusionistas, un guitarrista rítmico y una rígida base con Billy Cox en el bajo y Mitch Mitchell, el único miembro de su anterior banda, en la batería.

En este show mezcló algunos clásicos de su carrera como “Fire” y “Red house” con algunos nuevos como “Izabella” y una caótica y muy personal versión del himno norteamericano, “The star spangled banner”.

A fines de 1969 formó su nueva banda, The Band of Gypsys, con Billy Cox en el bajo y Buddy Miles en la batería, quien ya había grabado como invitado en dos temas del disco “Electric Ladyland”. El show de presentación de esta banda fue en Fillmore East, en Nueva York, la noche de vísperas de año nuevo. Llegaba 1970 y se acercaba una nueva etapa que sería la última en la carrera de Jimi Hendrix.

En abril de 1970 se editó el cuarto álbum de Jimi Hendrix, titulado con el nombre de su nueva banda, “Band of Gypsys”. El disco contiene seis temas nuevos de extensa duración grabados en vivo durante los primeros dos shows del grupo. El sonido era un poco más pesado que el que obtenía con su anterior banda, con una mezcla de temas cantados y otros instrumentales. La obra más lograda de este disco es “Machine gun”, que en castellano quiere decir ametralladora, donde la guitarra y la batería recrean en conjunto el sonido de ese arma.

Durante 1970 Hendrix grabó decenas de canciones con las cuales tenía pensado grabar un álbum doble o tal vez triple. Entre esos temas estaban “Angel”, “Freedom” y “Dolly Dagger”, que ya los venía tocando en vivo en sus shows. El 31 de agosto de 1970 participó de la tercera edición del multitudinario festival de la Isla de Wight, en Inglaterra.

El 18 de septiembre de 1970, Jimi Hendrix fue encontrado muerto luego de una sobredosis de pastillas y alcohol en el departamento de su novia en el barrio de Nothing Hill, en Londres. Gran cantidad de discos fueron editados luego de su muerte, como “First rays of the new rising sun”, que contiene las grabaciones de estudio que realizó poco antes de morir. También salió a la venta el demoledor disco en vivo “Jimi plays Monterey”, grabado en directo la noche que tocó en aquel mítico festival.

Hendrix murió a los 27 años en la ciudad que lo había visto nacer artísticamente casi cuatro años atrás. Hendrix no era solamente un gran guitarrista, sino que era un verdadero “showman”; tocaba su guitarra con los dientes, detrás de su espalda o entre las piernas. También se destacaba por tener una expresiva voz y un talento sin límites a la hora de componer. Fue un artista completo que tuvo una corta pero intensa carrera y que dejó un enorme y valiosísimo legado para el rock.

Fernando Piscitelli